“Su decadente e insostenible imperio se ha ganado ya el derecho a descansar en paz”,FIDEL CASTRO.
Por COMISION INTERNACIONAL RED DE LOS COMUNISTAS –ITALIA
Lo que está sucediendo en Siria, pero sobre todo lo que están haciendo la OTAN y el Consejo de Derechos Humanos, no sobresalta a nadie del estupor: ya desde hace tiempo es ampliamente prevista y temida una durísima intervención en la región y en particular contra Siria.
Las palabras del representante de Cuba en la 19a Sesión Especial del Consejo de Derechos Humanos, titulada “Deterioro de la situación de derechos humanos en la República Árabe Siria y la reciente matanza en Hula”, realizada en Ginebra el 1 de junio recién pasado, fueron, como siempre, muy claras y evidenciaron cómo el verdadero objetivo de todas las “preocupaciones humanitarias” de este organismo sea la desestabilización y el desmembramiento de Siria, que tiene un rol clave en el equilibrio del área y que, con toda evidencia, se intenta destruir. También Fidel Castro, en sus reflexiones, había previsto, con mucha anticipación y gran preocupación, escenarios de guerra –después, de hecho, verificados- como es el caso de Libia y de la misma Siria.
La tendencia a la guerra siempre ha sido una modalidad del capitalismo para salir de las crisis cíclicas, pero hoy, en una fase de crisis global y sistémica, la posesión de los recursos energéticos, minerales e incluso alimentarios se está convirtiendo en vital para la misma sobrevivencia de los capitalismos, los que han desencadenado una lucha sin cuartel incluso entre ellos. El petróleo y el control de los corredores energéticos son, por tanto, los motivos que han movido las intervenciones de los últimos 30 años: Irak 1991 y 2003, Somalia 1992, Yugoslavia 1992, Afganistán 2001, Cáucaso 2008, Libia 2011; incluso el cerrado asedio de Israel en el mar frente a Gaza (con sus reservas de gas) se puede inscribir en este marco de intereses (aun cuando en este último caso las dinámicas globales son mucho más articuladas).
Pero hoy, como también Raúl Castro recordó en la reciente visita del Papa a Cuba, hemos llegado a las guerras hechas para asegurarse recursos hídricos y alimentos. Por tanto, existe un agravamiento de las tendencias “fisiológicas”, más aún, estamos en la angustiosa necesidad de aplastarlo todo y a todos, sin más apariencias y mistificaciones de capitalismos de rostro humano.
Ya desde hace tiempo Israel ha asentado sus “confines” robando impunemente al pueblo palestino tierras y agua, sin embargo, en la última guerra contra Libia, los Estados Unidos y Europa también han demostrado mucho más el ansia de apropiarse de fuentes energéticas locales: existía la necesidad de despejar el campo de un personaje incómodo como Gadafi quien, con su proyección hacia África y con su proyecto de Banco Africano les aguaba la fiesta, en primer lugar al AFRICOM (1), pero también al FMI y al BCE, los cuales ahora nuevamente poseen las deudas africanas.
Pero no fue sólo el sistema financiero quien brindó por la indigna ejecución de Gadafi; todo el capital mundial agradece por tener finalmente el campo libre para la adquisición (ya iniciada antes de la “liberación” de Libia) de inmensas cantidades de terrenos por una miseria en Mozambique, Sudán del Sur, Tanzania, Etiopía, Uganda, Zambia, Liberia, Madagascar y Congo. Naturalmente es considerado un detalle el que existan poblaciones locales que deberán dar espacio a las multinacionales agroalimentarias y ser deportadas o explotadas para la producción de alimentos para los pueblos ricos, mientras ellos continuarán a morir de hambre o a ser mantenidos en vida por la pelosa caridad de la FAO.
Y es precisamente Jacques Diouf, senegalés exdirector de la FAO quien, antes de jubilar el pasado diciembre, informa que está en curso un proceso de adquisición de tierras en África con la finalidad de asegurarse suministros alimentarios a largo plazo. De hecho, los surcoreanos de la Daewoo Logistics tienen la concesión de la mitad de Madagascar por 99 años para cultivar maíz y aceite de palma destinados a las reservas alimentarias de Corea del Sur, los hindúes tienen 40.000 km. de tierras en Etiopía, Sudán del Sur se apresta a ceder 900.000 hectáreas de su territorio, y así también Tanzania. Congo ya ha dejado en manos de los inversionistas extranjeros la mitad de sus tierras.
Está previsto que el precio de los alimentos esenciales (siempre según la FAO) aumente en un 50% hasta el 2020, y esto hace prever también un aumento del fenómeno de adquisición de tierras cultivables y recursos hídricos en manera exponencial además por parte de China, India y los países ricos del Golfo.
Pero naturalmente no sólo África es objeto de estas “atenciones”. También en América Latina está en curso el mismo proceso. En este caso informa asimismo un funcionario de la FAO, Fernando Soto Baquero, el pasado mes de enero, previniendo acerca de los efectos negativos que podrían derivar de estas incautas cesiones de terrenos sobre la soberanía alimentaria de cada país. Al parecer Argentina se ha planteado concretamente el problema desde el momento en que su Parlamento aprobó una ley que prohíbe la venta de más de un 15% del territorio nacional (el 10% ya ha sido vendido) y coloca limitaciones a la extensiones de las propiedades extranjeras en suelo argentino.
Las agencias internacionales -nos dice Antonio Albiñana, periodista colombiano, en el largo artículo del cual hemos extraído muchas de las informaciones reportadas más arriba- dan a conocer que las compañías hindúes están recorriendo el largo y ancho de América Latina para encontrar tierras para comprar que aseguren las materias primas. Ya las han comprado en Brasil (13.000 hectáreas) y Argentina (600.000), mientras aún no ha sido cuantificado el monto preciso de las adquisiciones de China, Corea del Sur, Arabia Saudita y Qatar.
En este contexto de búsqueda de tierras para la sobrevivencia en el futuro (¡ya que a Marte no todos podrán ir!) los Estados Unidos están tratando de recuperar influencia en su ex “patio trasero”, del cual han sido bastante excluidos con la creación del ALBA, primero, y después de todas las estructuras que a continuación están naciendo y creciendo como alternativa a la ligazón y a la dependencia de los Estados Unidos. Previdente, como siempre, Fidel nos dice que “Las transnacionales yankis jamás renunciarán al control de las tierras, las aguas, las minas, los recursos naturales de nuestros países.”. Y de hecho nos parece que hay bastantes señales que nos hacen suponer estos intentos de recuperación.
El Coronel en retiro de la Aviación Militar Bolivariana, Braulio Martínez Zerpa, habla de tres planes específicamente financiados para esto: el Plan Puebla-Panamá, el Plan Colombia y el Plan del Cono Sur, que forman parte de un plan más general de “retorno” del tío Sam en Sudamérica. Para este fin, el imperio se ha asegurado la lealtad incondicional de países en posición estratégica (México, Colombia, Chile y Paraguay), de países que se asoman al Pacífico (Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica y Honduras) y países del Caribe (Puerto Rico, Islas Caimán y las islas: Turcas y Caicos, Bermudas, Bahamas, Trinidad y Tobago, Aruba, Curazao y Bonaire).
- El Plan Puebla-Panamá, nacido en el 2000 de acuerdo con el entonces presidente mexicano Vicente Fox, tenía el objetivo de facilitar el dominio económico de las multinacionales en la región, el control de los productos agrícolas (colaborando con el ALCA) y de las fuentes energéticas. Para esto era necesario crear una infraestructura militar con varias bases militares: Palmerola en Honduras, Comalapa en Salvador, Liberia en Costa Rica. Lejos de crear bienestar para la población, el Plan Puebla-Panamá ha creado un gran tráfico de droga hacia los EE. UU., y acto seguido una serie incuantificable de muertos y sólidas bases militares útiles en caso de necesidad.
- El Plan Colombia, nacido en el 2000 bajo las falsas intenciones de combatir el tráfico de droga en Colombia, era en realidad un plan de guerra que servía desvergonzadamente para controlar a Venezuela, sus inmensos recursos energéticos, minerales e hídricos y además la Amazonia. La militarización del territorio colombiano, con la excusa de la lucha contra el narcotráfico garantiza el apoyo necesario.
- El Plan Cono Sur o Tres Esquinas fue concebido para controlar la cuenca del Iguazú, que hasta ahora es la mayor fuente de agua del mundo (si bien recientemente se ha dicho que existe en el subsuelo del Norte de África un inmenso lago de agua dulce), y también la triple frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina, que es la zona más fértil de América Latina (el Chaco). He ahí el porqué del surgimiento de la base de Estigarribia en Paraguay y el empeño por crear el aeropuerto de Resistencia en Argentina.
Según los datos citados por el periodista chileno Arnaldo Pérez Guerra en la revista Punto Final de mayo recién pasado, desde el 2002 el número de tropas latinoamericanas adiestradas en programas norteamericanos ha aumentado en un 50%. El Comando Sur (SOUTHCOM) tiene actualmente en América Latina más personal que todas las otras agencias federales y civiles norteamericanas juntas.
También el Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos denuncia la verdadera invasión militar de Honduras (a continuación del golpe del 2009) donde además de la base citada más arriba (Palmerola), estratégica para la IV Flota, hay otras cinco que sirven evidentemente para facilitar la imposición del corredor mesoamericano para el paso de agrocombustibles. Todo a pesar de las masacres (25 muertos desde el 2010) que están haciendo de campesinos, indígenas miskitos, sindicalistas, políticos, estudiantes y todo aquel que se oponga al gobierno fantoche de Porfirio Lobo.
Es interesante la observación del Movimiento por la Paz, que sostiene que en Honduras se está realizando un proyecto piloto para toda América Latina. En estas condiciones la tasa de criminalidad del país, de hecho, ha aumentado espantosamente, así como en todos los países donde los EE. UU. están llevando su “colaboración” a la lucha contra la droga, (como en Colombia y México, para entendernos). Naturalmente, como ocurre con frecuencia en varias partes del mundo, en Colombia se vale también de “consejeros” israelíes, quienes en cuanto a experiencia militar no son inferiores a nadie. Los EE. UU. intervendrían, por tanto, en aquellos que llaman “los Estados fracasados”, justificando así con la seguridad nacional su intromisión. En estos casos se volvería a recorrer la estrategia que llevó a los terribles años de las dictaduras en América Latina, pero en manera más articulada y menos descarada.
No se puede dejar de pensar, a este punto, en lo que está sucediendo en Bolivia en estos meses. Un presidente electo por su pueblo que ahora tiene en contra a una parte de la población que, con la excusa de querer medidas gobernativas más radicales o ecológicas, derrocha lo que jamás en ninguna parte del mundo había sucedido: un jefe de Estado indígena, y que está haciendo reformas que están verdaderamente cambiando la vida a quienes eran los últimos del país. ¿Cabe pensar que se quiere reducir a Bolivia a “Estado fracasado” para poder intervenir? Nos asalta la duda, admitámoslo…
En un país como Chile que, en cambio, es de segura fe neoliberal y filoamericano, los EE. UU. -poniéndose el traje de las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas, pero como siempre en estrechísima simbiosis con el Comando Sur del mismo ejército- han creado en Concón (en la región de Valparaíso) una base militar totalmente financiada por ellos (500 millones de dólares). El ejército chileno ha puesto a disposición el Fuerte Aguayo, donde fue construida, en tiempo récord, una pequeña ciudad de 8 edificios, uno de dos pisos y otros de uno, simulando un verdadero centro habitado. La motivación oficial por la cual fue construida esta base es aquella “clásica” del adiestramiento de las Fuerzas de Paz de los países latinoamericanos que participan en las misiones de la ONU.
El Capitán de la base es Claudio Zanetti, antes observador de la ONU en Líbano y participante de la misión chilena en Haití (un exitazo, como bien saben los pobres haitianos quienes, si no fuera por los hospitales de campo y los médicos cubanos, estarían ya todos muertos de cólera y otros…). El 19 de marzo se inició la PKO (Peace Keaping Operation) 2012 contemporáneamente en Dominica. Fueron incluidos 80 soldados provenientes de 16 países latinoamericanos.
Ya es bastante curioso hacer adiestramientos de guerra para las “misiones de paz” (como la teoría de las “guerras humanitarias”…), así como es poco apreciable el evidente (si bien no declarado) apoyo posterior que esta base provee a la recuperación de influencia estadounidense en América Latina. Mas lo que es decididamente inquietante es el hecho de querer encubrir este segundo objetivo diciendo que se trata de una “normal” estructura MOUT, es decir, que adiestra para “Operaciones Militares en Territorio Urbano”. En la práctica, en ese lugar se adiestran tropas de los ejércitos de toda América Latina para cazar a los jóvenes con la kefia palestina y a personas vistosamente vestidas como pobretones. Es desconcertante. Han reconstruido una ciudad para hacer todo lo más real y concretamente aplicable, y las llaman “Operaciones de Estabilidad y Apoyo” (SASO), “intervenciones humanitarias y de mantenimiento de la paz” (la paz de quién es demasiado fácil imaginárselo, ya que sabemos cómo han sido en otros países este tipo de intervenciones), pero también “operaciones antiterroristas”. El 5 de abril pasado en esa estructura la Capitana de las Fuerzas Especiales de Carabineros Natalie Muñoz instruía a las fuerzas MOUT en tácticas policiales...
Todo esto recuerda mucho a la Escuela de Las Américas, en la cual se adiestraron los más feroces criminales y torturadores de la dictadura de Pinochet. Y de hecho la CECT (Comisión Ética contra la Tortura) se ha sentido con el deber de intervenir, luego de las preocupantes declaraciones del Comandante en Jefe del Ejercito Juan Miguel Fuente-Alba, acerca de la necesidad de las intervenciones militares en el país “dados los complejos actuales escenarios que se generan en el ámbito de la seguridad, al momento de preservar los valores, intereses y bienes que la propia sociedad busca cautelar”. Y se prevén incluso suspensiones de las garantías constitucionales.
Está claro que están en la mira todos los movimientos sociales y estudiantiles que han hecho temblar al gobierno chileno desde hace más de un año a esta fecha; de la misma manera como en Honduras, después de la “deposición” de Zelaya, se estrechó la represión en torno a los Miskitos y a otros grupos sociales que son “un estorbo” a los planes del capital nacional y transnacional; como en Bolivia se quiere “ahorcar” a Evo Morales, quien está cambiando al país para llevarlo hacia el socialismo; como en Colombia y México se inducen la criminalidad y el narcotráfico para reforzar el poder multinacional en Estados fantoches. Y precisamente donde se deben poner los puntos sobre las íes -como lo ocurrido en Honduras en el 2009- ahí se produce otro bello golpe de Estado “legalista”, como el de estos días en Paraguay, donde el Senado, representante de la oligarquía de la derecha latifundista, depone sin más (con un pretexto largamente esperado y astutamente creado) al presidente Fernando Lugo, electo por el pueblo, sacando así del medio a un personaje que no era más que un exobispo, por desgracia no lo suficientemente determinado en la persecución de las reformas en las que creía, pero que no obstante hizo una cosa peligrosísima, justamente la misma que hizo Zelaya: acercarse a la Venezuela de Chávez. Y se sabe: quien toca los hilos, muere… Verdaderamente hay demasiadas analogías en el tratamiento reservado a Honduras y Paraguay.
¿Y cómo olvidar además el antiguo “goteo” de la guerrilla de los “contras” armados, adiestrados y subvencionados como es debido durante años contra el gobierno sandinista en Nicaragua?
En suma, las modalidades factibles cambian según el contexto, pero el objetivo final es siempre sacar provecho a corto o largo plazo, y siempre con la certeza de embolsarse algo.
Por lo demás, es evidente que el nacimiento del ALBA y de las otras instituciones regionales fuera del control estadounidense, han lanzado un duro golpe a los proyectos de dominio económico estratégico del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas, la cual, a pesar de su declaración de intenciones, actúa en total beneficio de los países con mayor grado de industrialización y desarrollo) y que, por tanto, los Estados Unidos - actualmente un poco en dificultad en otras áreas del mundo (sin la intención de ofender a las “misiones imposibles” confiadas por Obama a Panetta en el Pacífico)- no puedan quedar indiferentes o resignarse pasivamente a ceder ni siquiera en parte su hegemonía económica sobre Sudamérica y busquen, por tanto, volver a los antiguos amores, tal vez en algunos países con métodos menos vistosamente crueles y sanguinarios de aquellos adoptados en los años ’70, en otros con los mismos métodos ya probados.
En países como Cuba, por ejemplo, el imperio y/o sus representantes no pueden intervenir así fácilmente, de improviso, como en Honduras, o comandar silentes como en México y Colombia; se requieren estrategias más articuladas, basadas en la comunicación falsa y tendenciosa; es necesaria más bien una verdadera construcción de crímenes y situaciones que pongan mal al gobierno cubano, el cual difícilmente sería atacable con otras armas a rostro descubierto. Se trata del mismo tipo de tratamiento que ha recibido Siria. De hecho, es bastante curioso cómo entre el Consejo Nacional Sirio (CNS), el principal agrupamiento antigobernativo en Siria, y los miembros de la anticubana Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC) haya sido suscrito un “acuerdo de colaboración”. Son modos de actuar análogos y con los mismos mandantes. Objetivamente hay grandes diferencias entre Cuba y Siria, pero la orientación elegida por los EE. UU. para afrontar las dos situaciones es similar y podría ser muy peligroso subestimar los recursos del tío Sam, que casi siempre trabaja en pareja con Israel.
Los Estados Unidos, por cuestiones de cercanía geográfica, y por sus riquezas de todo tipo, han siempre considerado a América Latina casi como parte integrante de su territorio, y ciertamente no pueden resignarse a vérsela “arrebatada” nada más ni nada menos que por sus legítimos propietarios. Después de haber sudado tanto para ahogar en sangre las nacionalizaciones de Allende en Chile (en la CIA siempre se ha trabajado duro…), después de haberse empeñado tanto para adiestrar a toda América Latina en la Escuela de las Américas (hoy globalmente renombrada “Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad”) en las técnicas de antiguerrilla y contrainsurrección más feroces, ¿podrían renunciar a coger los frutos de tantos esfuerzos?
¿Terminaron los tiempos de la Operación Cóndor que creó el clima del terror adecuado para sostener las políticas económicas imperialistas en el área, desmantelando y sofocando en el miedo cualquier destello de Estado social y reduciendo a mercancía a los trabajadores del continente? Estamos convencidos de que no es así. La consolidada y demasiado practicada “Teoría de las Retaguardias” para contrastar y aniquilar situaciones potencialmente revolucionarias (o que pueden provocar una inestabilidad social peligrosa para los intereses dominantes) nos parece más que nunca estar de vuelta en auge. Aniquilar el apoyo de la población es indispensable para quien está perdiendo terreno y quiere recuperarlo, y además de prisa.
Y he aquí el nacimiento de una nueva especie de Operación Cóndor que tiene el nombre legalista de “Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley” (ILEA). Actualmente existen cinco sedes de ILEA en el mundo. La primera fue abierta en Budapest en 1995, las otras en Bangkok (1999), Botsuana y Nuevo México (2001) y la última en El Salvador en el 2005. Además de las citadas cinco sedes, hay también un centro regional de adiestramiento en Lima (nacido también en 2005, en caso de que El Salvador no provea suficientes garantías de fiabilidad…). En América Latina, por lo tanto, han evaluado oportuno reforzar la presencia de este Instituto que tiene el objetivo de “forjar una justicia que combata en modo decisivo los delitos transnacionales y salvaguarde la seguridad procurando el bien común”.
Deja un poco a la reflexión el hecho que, no siendo las leyes iguales en todos los países (ni siquiera en los cinco preelegidos para la instalación de las sedes) se quieran formar a personas (que hasta hoy, según la sección de El Salvador, parecen ser más de 32.000) como defensores genéricos de “justicia y democracia en cada una de sus naciones”. Más que una operación de defensa de las distintas leyes, podría parecer, a algún malvado naturalmente, una gigantesca operación organizada de policía internacional, siempre y como sea, a salvaguardia y beneficio de los famosos de siempre. Nos parece útil relevar que la gestión de la sede húngara es oficialmente del FBI.
Por lo demás, desde el punto de vista de los EE. UU. debe ser verdaderamente preocupante que incluso países que no son de izquierda -y mucho menos socialistas, como Argentina- estén reivindicando las riquezas de su propio territorio, en plena sintonía y con la aprobación entusiasta de países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, y estén construyendo entre ellos acuerdos económicos y comerciales que no sólo excluyen a los Estado Unidos, sino que se ponen como una alternativa neta a los simulacros de acuerdos impuestos a todo el continente desde los Estados Unidos sólo para su propio beneficio. Precisamente el 8 de junio recién pasado fue la salida oficial de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), firmado en 1947 después de la Segunda Guerra Mundial.
La misma preocupación debe provocar en el tío Sam ver revivir los conceptos de “Patria Grande” y “Nuestra América” los cuales, olvidados por largo tiempo por muchas naciones de América Latina, se están asomando nuevamente y pretenden espacios y prácticas comunes en toda la parte sur del continente. En las consistentes diferencias que existen entre las ideologías que informan los gobernantes de los diversos países de América Latina, se evidencian rasgos comunes que los vuelven aliados de un bloque único contra el poder históricamente consolidado del capital extranjero. Argentina, aun sin formar parte del ALBA, participa de hecho en las políticas económicas y comunicacionales que buscan volver independiente a Sudamérica, y parece existir -en particular con Venezuela- un feeling que podría llevar a implicancias muy interesantes.
¿Y cómo harían los EE. UU. para no alarmarse cuando, acto seguido de la rebelión de la población local, Argentina cancela los acuerdos tomados por el gobernador del Chaco con el Comando Sur del ejército de los Estados Unidos para la instalación de una base militar (naturalmente siempre con objetivos taxativamente humanitarios…) que debería haber estado activa a fines de mayo del 2012? Mas una nación integrada en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), en la Unión de las Naciones Sudamericanas (UNASUR) y en la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), bloques regionales que excluyen a los Estados Unidos, no puede llegar a acuerdos contrarios a las políticas regionales… Y luego, dicho honestamente, ¿con qué cara se podía proponer una base militar de socorro en caso de catástrofes naturales precisamente en el Chaco, la zona más fértil e inmune a catástrofes de América Latina?
En suma, están probando todas las soluciones, incluso las más inadmisibles y descaradas para penetrar en los territorios de Sudamérica. A la buena o a la mala, según cada país. De hecho, en los países donde, como dijimos para Cuba, es difícil intervenir por las malas se insinúan con medios más refinados, en general utilizando las cadenas de televisión y los otros medios de comunicación, los cuales -casi todos, desgraciadamente- están aún en manos de los potentados locales en conexión con el capital internacional. Se aprovechan de aquel mínimo de contradicción, que es humano que exista en cualquier proceso de cambio, para incrustarse y poner en práctica todo cuanto han aprendido en sus distintas escuelas (Escuela de las Américas, ILEA, etc.) instituidas apropiadamente para crear aquel clima contrarevolucionario, de falsa democracia, de simulada salvaguardia de los derechos; todo con miras a apartar también culturalmente a la población de quien propugna el verdadero interés y bien común.
Y es así como surgen de la nada improbables organizaciones de defensa ecológica como en Bolivia o acusaciones escuálidas y ridículas de narcotráfico y terrorismo para evitar la reelección de Chávez el próximo 7 de octubre. Con este fin es interesante la información encontrada en una entrevista al catalán Aníbal Garzón, director de Kaos en la RedEspaña, quien informa de un encuentro del 20 de febrero del 2011 entre el expresidente español José María Aznar, el expresidente norteamericano, George Bush, el expresidente canadiense, Brian Mulroney, y el personaje más rico de Venezuela, Gustavo Cisneros, en Dominica para organizar las elecciones de octubre de 2012 y derrotar a Hugo Chávez. El más de año y medio de anticipación con que están organizando la cosa, es señal del enorme interés que el evento reviste a los ojos del capital internacional la presidencia de Venezuela. Derrumbar a Chávez, con todo lo que ha hecho para hacer salir de la miseria a la población de Venezuela y el impulso que ha dado, junto a la Revolución cubana, a todas las poblaciones del área, sería como poner una verdadera hipoteca en el futuro de toda América Latina.
Mas de frente a quienes no quieren, aquellos exaltados de Evo Morales, Hugo Chávez y Rafael Correa, en permanente acuerdo con Cuba, se obstinan testarudamente a decir las cosas como son, a construir el verdadero bien común de sus pueblos e incluso a tener contracumbres en los mismos lugares donde los jefes de Estado y los Ministros de Relaciones Exteriores de los países “que cuentan” se encuentran periódicamente sin concluir nada concreto (salvo ratificar sus propias pertenencias coloniales e incluso disputárselas ásperamente, en vista de los tiempos que corren).
Estos jovencitos arruinan la digestión no sólo al pobre Obama (quien además de sus preocupaciones por las próximas elecciones, tiene también las de tener que garantizar cierta seguridad a los capitalistas estadounidenses que se aburrieron de renunciar al mercado cubano por culpa del bloqueo económico que, mientras todos los otros mercados estaban disponibles, servía para punir a Cuba comunista), sino también a todos los inversionistas extranjeros que pensaban poder contar con tierras libres, fértiles, disponibles al saqueo como siempre. Un poco como en África.
Pero hoy en América Latina, no obstante los esfuerzos a todo campo que el imperio está haciendo para reconquistarla, existen serias resistencias para volver a los “viejos tiempos” y los coletazos del imperio encuentran un duro adversario en este clima encontrado de cohesión regional en función de la antiexplotación de los recursos del territorio de parte de las potencias extranjeras, pero también de las renacidas esperanzas de estos pueblos, que al fin han comenzado a ver concretamente que es posible salir de la miseria y tener un mínimo de posibilidades y de dignidad como personas y como trabajadores. Es un momento delicado en el cual los pueblos de América Latina están asumiendo un rol que atraviesa incluso sus confines continentales, dado que se han transformado en una especie de fin, de meta moral, mas también en un ejemplo concreto para tener presente precisamente mientras en Europa ya más voces hablan de la salida del euro, pero pocos saben que la alternativa puede existir y que en América Latina, después de haber puesto a régimen al ALBA, viajan también hacia la integración monetaria del área y la constitución de un banco regional. La Patria Grande se puede construir.
En este punto, queremos concluir con un auspicio del previsor Fidel:
“Tal vez la CELAC se convierta en lo que debe ser una organización política hemisférica, menos Estados Unidos y Canadá. Su decadente e insostenible imperio se ha ganado ya el derecho a descansar en paz.”
Notas y fuentes:
(1) AFRICOM es el Comando de los EE. UU. en África. Es una estructura militar del Departamento de Defensa de los EE. UU. creado en el 2007 durante el segundo mandato del presidente George W. Bush, dos meses después del bombardeo estadounidense y la desestabilización de Somalia.
Contropiano Año 21, n. 1
http://pambazuka.org/en/category/features/77978 traducción del inglés por www.resistenze.org al cuidado del Centro de Cultura y Documentación Popular
http://www.matrizur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=20159:el-imperio-aprieta-el-paso-para-acentuar-su-dominio-en-america-latina-y-el-caribe&catid=38:patria-grande http://www.matrizur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=20980%3alos-sucesos-en-siria-libia-irak-afganistan-honduras-colombia-guatemala-e-iran-tienen-relacion-con-venezuela-y-la-oposicion-pro-uribe&catid=45%3aimperio&itemid=62
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